Este cuadro se me encargó para ser ofrecido como regalo al
párroco de La Asunción, con motivo de la inauguración de la nueva parroquia.
Ante la duda de si pintarla por dentro o por fuera, se me ocurrió “hacer” un agujero
en la pared, y así solventar el problema.
Creí que sería una buena idea que, además de
hacer referencia a Sebastián pintando su famoso coche Diane-6, él también apareciera en el cuadro, ya que
tras llevar más de cuarenta años de titular, se había convertido en parte de la
misma, y así lo hice.
Pero su imagen no puede
observarse a simple vista. Para ello podemos proceder de dos formas:
* La primera, y para la que está pensada, es a través de
una lupa. Cualquier objeto que observamos a través de la misma, va aumentando
de tamaño mientras la vamos alejando, hasta que llegado el momento de no poder
agrandarse más, la imagen se invierte.
Por ello, si dirigimos la mirada a través de la lupa hacia la zona del
altar,
entre el crucifijo y la virgen, y desde una distancia de
aproximadamente un metro y medio, y con el brazo extendido, veremos cómo las
manchas de los ladrillos se transforman en el rostro de Sebastián Rodríguez,
párroco de La Asunción.
· * La segunda, mucho más simple, es dándole la
vuelta al cuadro. Pero creo que ésta, además de un poco más incómoda, sería un tostón andar descolgando y colgando el cuadro.
Estoy a-l-u-c-i-n-a-d-o Te felicito!!!
ResponderEliminar